terça-feira, 17 de agosto de 2010

EMPODERANDOSE DESDE LA HERIDA

Muchas veces me pregunté, como tantas otras personas, porqué el sufrimiento, el dolor en esta vida. Ahora que por fin me he desapegado del dolor y vivo en la felicidad del presente , me he contestado que he escogido venir a esta encarnación a dar término al karma ancestral, al karma de muchas vidas y retomar mi verdadero poder desde la herida más profunda. He venido a sanarme. Llamé hacia mí a esa herida porque quise sanar la Tierra, sus seres y yo misma. Es a través de esa herida que pude ir más allá del límite de mi cuerpo, de mis emociones y de mi espíritu. Sanando la herida encontré mi poder, el poder del linaje ancestral con el que nazco en esta Tierra. Tres linajes traigo: el masculino de los guerreros, samurais, vikingos, abuelos de luz; el de las abuelas de la medicina ancestral y de los misterios femeninos, medicina de la Tierra y por último el linaje de las estrellas, la nueva luz del futuro.
No soy víctima. Escogí tener una fuerza más allá de la mujer terrenal.
Los seres de poder somos heridos profundamente, como si la Madre Tierra hubiese atravesado con una lanza nuestros corazones, ya que de la sabiduría que viene de la sanación, viene el poder de sanar la Tierra. Esa herida trajo la determinación de romper con todo, soltar las cadenas e ir más allá de mis limitaciones y volar.
Recién ahora que soy ya una abuela puedo compartir este mi camino de sanación, ser una guía e inspiración para muchos desde la sencillez y profundidad de mi corazón en esta mi Madre Tierra.
No somos víctimas, somos Guerreras de Luz!!!

Luzclara

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